A la hora de mandar nuestros datos de manera cifrada, realmente lo que hacemos es aplicarles una serie de fórmulas matemáticas que los hacen completamente indescifrables, por lo que aquellos que posean la clave correcta podrían acceder al contenido real.
Del mismo modo, dado que gran cantidad de la información de numerosas personas y de empresas (muchas veces con datos financieros o sensibles) se almacena en servidores, éstos toman la iniciativa para poder cifrar los datos que contienen, eliminando la posibilidad de que sean interpretados por alguien que no sea el propietario.
Existen, evidentemente, numerosos tipos de cifrado y encriptación, algunos más seguros que otros, y que deberemos tener en cuenta al conectarnos a Internet. El más extendido y usado es la tecnología SSL (Secure Sockets Layer), que crea un código entre dos ordenadores distintos para que estos se puedan comunicar entre si de modo seguro. También debemos antes de finalizar este articulo hacer mención al cifrado con clave pública, que ha revolucionado el campo moderno de la encriptacion de datos, al introducir una doble clave (una pública y otra privada) para asegurar los documentos guardados en la red.
Como resumen, recordar el mensaje del inicio, si cuidamos de nuestras pertenencias físicas, hemos de cuidar también nuestra información virtual, aquí hemos hablado por encima de una de las tecnologías más avanzadas para ello.
